Nicolás II (1894-1917) atrás a dinastía Romanov
Nicolás II (San Petersburgo, Rusia, 18 de mayo de 1868 – Ekaterinburgo, Rusia, 17 de julio de 1918) fue el último zar de Rusia hasta su abdicación a favor de su hermano Miguel, el 15 de marzo de 1917, quien renunció el ofrecimiento, poniendo fin a la dinastía Romanov. Al momento de ascender al trono Nicolás II no mostraba la fuerte personalidad como su padre, ni la preparación mínima requerida para la Imperia Rusa convulsionada con conflictos disimulados que ocupaba una arista preponderante en el ámbito internacional. |
Una de los motivos principales fue que su padre, Alejandro III, debido a su repentina muertea no tuvo tiempo para prepararlo al papel de zar, especialmente en el tema de las relaciones internacionales y de los asuntos internos. En realidad, Nicolás II era tratado poco menos que como un niño hasta el momento de la prematura muerte de su padre. Tal es así que él mismo al momento de asumir el puesto del emperador se manifestó como una persona de confianza proclamando:
El zar Nicolás II, al contrario que la personalidad enérgica de su padre, era de naturaleza abstraída en que trataba de no vislumbrar sus ideas, fue inteligente, honrado, vacilante, tímido, romántico e idealista y con un carácter pacífico.
Le gustaba la disciplina y vida militar, era muy creyente, trabajador y responsable en extremo y llevaba una rutina de vida invariable. Para él era difícil sociabilizarse, y a veces le acusaron de ser soberbio, sin motivo real.
Su formalidad y cuerda amabilidad era más bien una barrera para quienes le conocían. Esto fue también la causa por la cual tuvo muy pocos amigos personales. Como padre y esposo, Nicolás II era un ejemplo a seguir.
En 1894, y después de las complicaciones derivadas de una nefritis, falleció su padre, Alejandro III. El 1 de noviembre y pasado el período de luto protocolario, Nicolás fue coronado como sucesor y adoptó el nombre de Nicolás II. De acuerdo con sus propias palabras, carecía de formación política, y lo ignoraba todo acerca del gobierno del imperio, explicando su ingenuidad al ser coronado zar en noviembre de 1894. Y así para muchos fue muy dudosa su habilidad para administrar y mantener un territorio de 23 millones de km².
La influencia de sus tíos paternos, en especial Sergei Aleksandrovich Romanov, Gran Almirante de la Armada, tendría en ello un asidero, y las intrigas cortesanas pesarían mucho en la acción del nuevo zar, pues de hecho tuvo que sostener al principio manipulaciones de sus propios tíos.
Poco después de su coronación, el 26 del mismo mes, se casó con Alix de Hesse, quien había tomado el nombre de Alejandra Fiódorovna al convertirse a la ortodoxia.
Las relaciones entre Nicolás y Alix era el verdadero amor. La Emperatriz Alejandra Fiódorovna fue la persona quien aconsejó a Nicolás desde los primeros momentos, que tomara las riendas firmes del poder y fortaleciera su carácter bondadoso y caballeresco del que se aprovechaban a menudo sus parientes. De ella tendría 4 hijas todas seguidas casi de año en año y al final un hijo que por desgracia fue achacoso y emfermoso.
Durante su reinado Rusia conoció un proceso de industrialización acelerada (que hizo surgir importantes núcleos obreros) y se esforzó por extender su influencia en Asia rivalizando con las potencias occidentales en la carrera imperialista (intervención en la Guerra Chino-Japonesa de 1896, base de Port Arthur en 1898, ocupación de Manchuria en 1900, reparto de Persia en esferas de influencia con Gran Bretaña en 1907…).
Los intentos por ejercer una influencia determinante en Europa oriental y los Balcanes como cabeza de un movimiento paneslavista dieron lugar a múltipes conflictos y tensiones internacionales, en virtud de la alianza de Rusia con Serbia frente a los intereses de Austria-Hungría; pero, después de sufrir una primera derrota diplomática en la crisis de Bosnia (1908), las Guerras Balcánicas de 1912-13 acabaron definitivamente con el control ruso sobre la península Balcánica.
Mal aconsejado y aislado de la opinión nacional, Nicolás II dejó con su inmovilismo que se enconaron los grandes problemas que amenazaban al régimen zarista: la pobreza del campesinado y su hambre de tierras, las tensiones sociales y la agitación revolucionaria, las aspiraciones de libertad y democracia de los intelectuales reformistas… En 1905 el país fue incorporado a la guerra contra el Japón en la que resultó derrotado; el descontento popular estalló en una revolución en aquel mismo año, frente a la cual no ofreció otra respuesta que la represión militar. Ambos acontecimientos constituyeron los prolegómenos de la crisis final en la que perecería la Monarquía: en 1914 Rusia volvió a comprometerse en una guerra exterior para la que no estaba preparada ni en sentido militar ni económico ni político. Nicolás no puede considerarse como la persona responsable de las grandes decisiones de aquel momento, pues era un juguete en manos de los poderes cortesanos.
Las sucesivas derrotas frente al moderno ejército alemán acabaron por desmoralizar al país y desarticular las estructuras del Estado, facilitando la Revolución de febrero de 1917, que derrocó al zar e instauró en Rusia una República. Nicolás II abdicó la corona y se dejó detener sin ofrecer resistencia frente al gobierno provisional de Lvov y Kerenski. Fue confinado junto con el resto de la familia real en la localidad de Ekaterinburgo (actual Sverdlovsk), en los Urales; después el triunfo de la segunda Revolución rusa de 1917 (la Revolución de octubre), que llevó al poder a los bolsheviques de Lenin y dio paso a una dictadura comunista. El zar fue ejecutado junto con toda su familia, por decisión del Sóviet de Ural, cerca de Ekaterinburgo. En el sitio de la ejecución luego fue construida la Catedral Memorial sobre la Sangre.
Por la medianoche del 17 de julio el zar junto con los miembros de su familia fueron llevados al sótano de la Casa Ipátiev (en los alrededores de Ekaterinburgo) donde fueron fusilados, junto a algunos sirvientes cercanos, un médico leal e incluso el perro del niño. El pretexto era que se les iba a tomar una fotografía antes de partir; o se les iba a trasladar. Nicolás II colocó al heredero en sus rodillas mientras tomaba asiento junto a la zarina, las hijas se sentaron atrás y los sirvientes y el médico a los costados, de pie. Pasaron unos instantes y de repente entró Yákov Yurovski con revólver en mano y 17 soldados armados con fusiles a la bayoneta...
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